5 jul 2015
Así se le conocía al doctor alemán Ernst Ferdinand Sauerbruch (1875-1951), quien fue director de la Clínica de Cirugía en el Hospital de la Caridad de Berlín Oriental. Imaginativo y osado, fue pionero en el diseño de técnicas quirúrgicas muy exitosas, como la extirpación selectiva de lóbulos pulmonares para promover la curación de los enfermos de tuberculosis.
Trabajó en Breslau con Mikulicz que le había indicado que se dirigiese al director del instituto farmacológico, donde podría trabajar y tendría a su disposición gran número de conejos y perros de experimentación. No desperdició para su nuevo trabajo ni una sola de las horas que le dejaba libre su ocupación, pues las pasaba todas en los sótanos de experimentación, entre jaulas de los animales y una mesa de operaciones, por las noches leía todo cuanto se había escrito del neumotórax abierto, intentó primero la respiración artificial, abrió el tórax de perros y conejos al tiempo que, mediante bomba, introducía artificialmente el aire en los pulmones y lo aspiraba después.
Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando contaba ya con mucho prestigio, comenzó a cometer errores graves e inexplicables que provocaron la muerte de sus pacientes, a veces desangrados en el quirógrafo o a causa de suturas inapropiadas que mantenían separados órganos que debían unirse
Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando contaba ya con mucho prestigio, comenzó a cometer errores graves e inexplicables que provocaron la muerte de sus pacientes, a veces desangrados en el quirógrafo o a causa de suturas inapropiadas que mantenían separados órganos que debían unirse
Su reputación era tan grande que nadie se atrevía a reportar sus errores y el estado lo protegía como adalid del comunismo. En realidad estaba enfermo de demencia senil. Cuando finalmente fue destituido de su puesto, seguía operando en la cocina de su casa, en pésimas condiciones de seguridad e higiene que acrecentaron a lista de sus víctimas. Completamente privado de razón, murió de un ataque cardíaco y lo sepultaron con su bata de médico.
