15 may 2015
Su primera novela, el derecho de matar (1933), causo revuelo en su país por los sórdidos pasajes de violencia y sexo que describió. Siempre fue objeto de polémicas. Profetizó el fin del mundo para el año 2000, decía que los humanos descendían de alienígenas y creía que en el futuro cercano la gente se alimentaria de cadáveres.
Bravucón empedernido, para defender sus posturas políticas se enfrasco en varias peleas y reto a duelo a varias personas.
Para conmemorar la muerte de su primera esposa, aviadora aficionada, erigió un enorme monolito en la carretera que une la población de Alta Gracia con Córdoba: esta tiene la forma de un ala de aeroplano, de 82 metros de alto, hecha con 150 toneladas de cemento. El edificio se encuentra hoy abandonado y deteriorado.
Puso fin a su vida de un balazo en la cabeza, después de haber arrojado ácido en la cara de su última esposa tras una visita para solicitarle el divorcio. A pesar del cuestionable valor literario de sus novelas, hay un centenar de seguidores que lo han convertido en un raro autor de culto.
Fuente: Revista Impresa Muy Interesante
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